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Viernes, 29 Abril 2022 09:43

MIEDO A EQUIVOCARNOS

No existe otra manera de aprender que no sea mediante ensayo y error, y pensar que somos mejores cuanto menos nos equivocamos es, como poco, un planteamiento absurdo.

Acumulamos creencias e introyectos que nos dicen: “El que falla es menos valioso como persona”.

Nos embargan pensamientos irracionales que nos hacen sufrir cuando algo nos sale mal, consiguiendo con ello que abandonemos nuestros objetivos, nuestros proyectos, nuestras ilusiones. Y…, ahí viene la trampita de nuevo, quedamos a salvo de un nuevo fallo que pueda tambalear nuestra autoestima. 

El miedo a equivocarnos solo podremos conquistarlo si experimentamos y somos capaces de aprender de los errores. 

A veces son convertimos en verdaderas sufridoras ante el más mínimo fallo. Somos perfeccionistas, intolerantes a la frustración, nos volvemos tan autoexigentes que nuestro diálogo interno se convierte en el crítico más feroz. 

Si no te permites equivocarte, nunca serás una persona libre. Si tomas cada error como fracaso personal, nunca sentirás que estás a la altura, que eres digno, digna. Te estás privando de experimentar, de salir de tu zona de confort y saltar al abismo. 

El error es parte del camino. Cometer errores es el paso previo al aprendizaje. Fallar nos enseña sobre nosotras y sobre el mundo, nos ayuda a clarificar quienes somos, lo que deseamos y lo que no. Nos muestra qué acciones nos llevan a la felicidad y cuales a la frustración. 

Nuestro valor personal no tiene que ver con nuestro desempeño, lo que tenemos o conseguimos. El éxito NO es necesario si creemos en ese pensamiento de forma madura y razonable, el problema aparece cuando no actuamos por miedo al fracaso. 

Te muestro algunos tips para tomar los errores como aliados y no como enemigos: 

  • Permítete fallar, sin miedo y sin culpa. El error es parte de la vida.
  • Si fallas, analiza la situación y extrae una enseñanza. No es un lastre, es un impulso para seguir.
  • Responsabilízate y aléjate de todo victimismo. Y, además, perdónate.
  • Si es necesario, vuelve a empezar. Ahora el punto de partida no es el mismo.
  • Trabaja tu emocionalidad. Todo es más fácil cuando estamos empoderadas emocionalmente.
  • Y si no puedes solo, sola, busca ayuda…No pasa nada por pedir. Cuando pedimos hablamos y somos escuchados, y este es el primer pasito en cualquier proceso de crecimiento personal. 

La vida es como una cámara fotográfica, enfócate en lo importante. Captura los buenos momentos, saca de lo negativo un aprendizaje revelado y si el resultado no es el que deseabas, intenta una nueva toma. 

Todo pasa. Todo cambia. Nada es permanente.   

Para saber más....https://youtu.be/HcMAU3coLzM

 

 

 

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Sábado, 19 Marzo 2022 09:38

¿POR QUÉ NOS CUESTA DECIR QUE NO?

Entre otras cosas, porque nos cuesta priorizar nuestras necesidades por delante de las de los demás.

Tengo que decir siempre “SI” y pedir lo menos posible para que no me digan “NO”.

Los juicios que bloquean esa incapacidad son:

. Hay que ser servicial y hacer lo que los demás esperan de nosotros/as.

. Si digo que no, no me van a querer, no me van a valorar.

Pero, ¿qué estoy buscando en el fondo? Pues seguramente…

. Aprecio.

. Aceptación.

. Reconocimiento.

Aquí van algunos tips para poder decir que no sin sentirnos culpables:

Reflexiona y…

. Date cuenta de que no puedes hacerlo todo, es imposible.

. Repítete que no eres egoísta por decir que no.

. Entiende que no puedes complacer a todo el mundo.

. Piensa en todo a lo que dices “si” cuando dices “no”.

Razona y pon acción en…

. Hablar con calma y sin alterar la voz.

. Tener un lenguaje corporal firme.

. No te disculpes.

. Explica por qué no puedes hacer eso que te piden (sin muchos rodeos).

. Ofrece una alternativa.

Si siempre decimos que sí, seguramente estamos actuando desde el miedo, creemos que somos personas honestas y auténticas, cuando en realidad es al contrario.

Y sobre todo, asumamos de una vez que, no todo el mundo nos va a querer.

Para saber más, puedes ver el video en el siguiente enlace:

https://youtu.be/IXtOz4iw0Y8

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Viernes, 26 Noviembre 2021 09:25

CÓMO DESARROLLAR NUESTRAS FORTALEZAS EMOCIONALES

¿De qué hablamos cuando hablamos de fortaleza emocional? Pues se trata de ese conjunto de recursos que nos ayuda a afrontar situaciones adversas o difíciles de gestionar.

Más tarde o más temprano, la vida nos va a presentar conflictos, pérdidas o decepciones a las que tendremos que enfrentarnos. En estos momentos, disponer o no de esas fortalezas será crucial para salir airosa y fortalecida. Así, la gran noticia es que todas y todos tenemos capacidad para desarrollar y potenciar esa fortaleza interior que nos permite ser justamente lo que deseamos.

Cuando desarrollamos ese tipo de fortaleza, también desarrollamos nuestra capacidad de mantenernos en calma, de mirar las situaciones con perspectiva y de tomar acción hacia el cambio que queremos.

Somos capaces de aceptar la dificultad como parte del camino a recorrer. Reconocemos nuestros recursos y sabemos cómo y cuándo ponerlos en práctica.

Todos y todas podemos cambiar esos viejos patrones que a veces nos paralizan. Se trata de trabajar en nosotras mismas, tomando conciencia de que aquello que antes veíamos como un muro infranqueable, quizás sea posible.

Podemos caer en el derrotismo pensando que eso que nos pasa es algo dramático y que no podemos hacer nada ante eso que acontece, que somos desgraciados y que “todo nos pasa a nosotros”. De esto modo, le estamos dado poder al miedo. Ya sabemos que el miedo nos paraliza, hace que perdamos el control, nos desconcierta. Desde ahí solo podremos actuar de forma impulsiva y con unos resultados, seguramente, poco satisfactorios para nosotros.

Sin embargo, si decidimos parar, respirar, centrarnos y mirar la situación con perspectiva, podemos mandar un mensaje a nuestro cerebro completamente distinto y a través de nuestros pensamientos decir: si puedo, esto también pasará.

Con este mensaje nos llegarán sentimientos de seguridad, de confianza, de que sí somos capaces de gestionar esto que nos está pasando de la mejor manera.

Tener una buena autoestima es la base para desarrollar nuestras fortalezas emocionales. Es preciso alejarse de toda culpa y centrarnos en la confianza, la autocompasión, la indulgencia y el amor incondicional hacia uno mismo.

Se trata pues, de cambiar los patrones en los que hemos basado nuestra forma de relacionarnos en y con el mundo, detectando a tiempo nuestros pensamientos negativos y sustituyéndolos por aquellos que nos recuerden todo lo que somos capaces de hacer.

Cuanto más ejercitamos este tipo de pensamientos más fácil resulta repetirlos en el futuro. Así llegará un momento en que nuestro cerebro hará que esas cogniciones se vuelvan automáticas y acudan a nuestro rescate cada vez que lo necesitemos.

Algunos tips para desarrollar nuestras fortalezas emocionales y que nos permitan crear nuevos patrones de relación son:

.- Reconoce tus emociones. Aprende a sentirlas, cómo y dónde. Ponerle nombre a lo que nos pasa es el primer paso.

.- Aléjate de todo juicio. Para qué estoy pensado eso de esa persona. Para qué permito que me afecte lo que el otro dice de mí.

.- Cambia la historia que te cuentas. Cambia los “y si” por pensamientos más reales que tengan que ver con lo que de verdad estás viviendo, aquí y ahora.

.- Desapégate del resultado. Fija pequeñas metas y valora poco a poco tus logros. Si algo no sale bien, eso también vale.

.- Céntrate en lo que sí tienes. Todos tenemos fortalezas aunque a veces tendemos a centrarnos en las debilidades. Piensa, ¿en qué soy bueno, soy buena?

.- Practica la meditación. Meditar nos ayuda a mantener nuestra mente en calma y nos proporciona paz interior.

.- Sé una persona compasiva. Trata y trátate con respeto, amabilidad e indulgencia.

.- En definitiva, para mí, estos son los principales pilares para desarrollar nuestras fortalezas emocionales:

-La aceptación.

-El no juicio.

-El desapego.

 

 

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Viernes, 29 Enero 2021 08:52

CONSTRUIR LA FELICIDAD

 

Cuentan que un caminante llegó a un cementerio a las afueras de un pueblo. La puerta de bronce del cementerio estaba abierta, así que decidió entrar y dar una vuelta para conocerlo. El sitio era hermoso, lleno de flores y jardines bien cuidados.

Cuando se acercó a la primera tumba, la lápida tenía grabado el siguiente mensaje: «Abdul Tareg vivió ocho años, seis meses, cinco semanas y tres días». La persona se entristeció, pues pensó en la tragedia que la familia tuvo que haber pasado al perder un niño tan pequeño.

Luego se acercó a la siguiente tumba y leyó: «Yamir Kalib vivió cinco años, ocho meses, tres semanas y un día». Pensó: «¿Otro niño?». No podía comprenderlo. A continuación dio una mirada rápida a todo el cementerio y descubrió que todas las tumbas tenían grabadas edades que no pasaban de los 12 años. La persona estaba golpeada emocionalmente.

¿Qué tipo de desastre tenía que haber pasado en este pueblo para que murieran tantos niños? ¿Qué tipo de maldición tenía? ¿Valía la pena visitarlo? El guardián del cementerio, acostumbrado a las reacciones de los forasteros ante las tumbas, se le acercó y le aclaró: «En nuestro pueblo tenemos una costumbre: a los 15 años todo joven recibe de sus padres una libreta para apuntar todos los momentos en que realmente fue feliz. Al morir, se suman los momentos de la libreta en que la persona fue feliz y se inscriben en la lápida. Aquí creemos que el verdadero tiempo vivido es el tiempo en que fuimos felices»”.

La FELICIDAD significa, vivir en la esencia, siendo yo misma el cambio que quiero en el mundo. Desde que nacemos, estamos alejándonos de esa semilla que fuimos.

Lo que define ese yo verdadero, nuestra auténtica naturaleza, es: la AUTENTICIDAD, el DESAPEGO, el CORAJE, la INOCENCIA y el AMOR INCONDICIONAL.

Si nos exigimos ser felices y creemos que nada de lo que hacemos nos lleva a esa felicidad, nos frustramos, entramos en un estado de carencia, de ansiedad, dejamos de fluir y estar en el presente. Iniciamos una lucha encarnizada, contra no se sabe muy bien quién ni qué, que nos lleva al sufrimiento.

¿Nos paramos alguna vez a pensar en cuales son de verdad nuestra necesidades?

Seguramente no. Si lo hiciéramos veríamos que necesitamos menos de lo que pensamos. La cuestión, a veces, es que confundimos necesidades con deseos.

No está de más recordar, así al menos lo creo yo, que la felicidad está dentro de nosotros, de nosotras. Como se dice desde el budismo, es un estado de paz, de serenidad y de tranquilidad.

Significa vivir desde la excelencia y no desde la exigencia que nos lleva a priorizar los momentos de placer que suelen ser efímeros y tienen que ver con el tener.

Sin embargo, cuando somos capaces de centrarnos en el SER, confiamos en la vida, confiamos en los demás y en nosotros mismos, en nosotras mismas. Nos convertimos en personas compasivas capaces de aceptar lo que nos pasa, lo que acontece. Mi paz, mi tranquilidad, mi felicidad, no las pongo en manos de acontecimientos externos.

Cuando acepto lo que ocurre -no significa que me guste- me convierto en el dueño, en la dueña de mi vida, me siento capaz de superar los obstáculos y encontrar la felicidad en el camino de lo aprendido.



VEO MIS...



Piedritas en la ventana

De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana.
Quiere avisarme que está ahí esperando, pero me siento calmo casi diría ecuánime.
Voy a guardar la angustia en un escondite y luego a tenderme cara al techo, que es una posición gallarda y cómoda para filtrar noticias y creerlas.
Quién sabe dónde quedan mis próximas huellas ni cuándo mi historia va a ser computada, quién sabe qué consejos voy a inventar aún y qué atajo hallaré para no seguirlos.
Está bien no jugaré al desahucio, no tatuaré el recuerdo con olvidos, mucho queda por decir y callar y también quedan uvas para llenar la boca.
Está bien me doy por persuadido que la alegría no tire más piedritas, abriré la ventana, abriré la ventana” - Mario Benedetti -

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Martes, 15 Diciembre 2020 10:15

SESIONES PERSONALES PARA DESPEDIR 2020

He abierto un cupo para aquellas personas que sientan la NECESIDAD y/o el DESEO de ser ACOMPAÑADAS en este extraño final de año e iniciar el próximo adaptándose a los cambios que estamos viviendo en esta nueva realidad; aceptando lo que nos está tocando vivir.

Mis SESIONES PERSONALES tendrán un DESCUENTO del 20% hasta el 10 de enero de 2021 para quienes inicien un nuevo proceso .

Las sesiones podrán ser PRESENCIALES en mi consulta de Sevilla, con todas las medidas de seguridad, u ONLINE.

En mis PROCESOS DE ACOMPAÑAMIENTO parto de un método propio que he dado en denominar, PEDAGOGÍA DEL SER. Utilizo el COACHING como base, implementado con herramientas de Programación Neurolingüística -PNL-, técnicas de GESTALT y principios basados en la NEUROEMOCIÓN.

Si te interesa, puedes contactar conmigo y te daré la información que precises. 

 

“Es preciso estar siempre a la altura del azar” -Nietzsche-

Ángeles Fernández Romero
#AcompañandoAPersonas
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687462186

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Viernes, 04 Diciembre 2020 08:15

LAS CORAZAS

 

 

Quizás las corazas puedan ser el símbolo de las personas que han -que hemos- sufrido en exceso. quizás sea la protección que muchos eligen para detener ese sufrimiento, para impedir romperse nuevamente.

Suele ser una de las muchas estrategias que los seres humanos utilizamos para sobrevivir en lugar de vivir.

Buscamos seguridad amparándonos en el miedo. Un miedo que nos paraliza, nos anestesia, no nos deja avanzar. Sentimos que nos cansa la vida y lo único que queremos es protegernos detrás de ese muro donde nada ni nadie, al menos de momento, pueda herirnos.

 

Nos cuesta aceptar que vivir es afrontar riesgos, que no todo va a pasar como deseamos o habíamos planeado, que el dolor y el sufrimiento pueden llegar en cualquier momento y nos pondrá a prueba.

Todo, la felicidad y el sufrimiento, forman parte de nuestro recorrido por el mundo. Seguramente nadie es inmune a ninguno de los dos estados. Por tanto, acojamos a ambos como parte de nosotros.

Desde luego, gestionar los golpes es algo personal e intransferible. Nadie siente mi dolor, es imposible. Mi sufrimiento, mi herida, es mía y de nadie más. ¿Cómo va a ser de otro modo?

Añadimos a todo esto que, no todos tenemos los mismos recursos, los mismos apoyos ni somos capaces de diseñar estrategias que nos ayuden a paliar, a transitar el dolor sin salir heridos de muerte.

En cualquier caso, afrontemos el sufrimiento de una u otra forma, siempre nos genera secuelas físicas y emocionales. Elimina en nosotros cualquier ápice de motivación, nos agota, nos desgasta, nos chupa la energía. El sufrimiento es algo orgánico, con él disminuye la segregación de serotonina y aumenta el cortisol.

 

EL PARA QUÉ DE LAS CORAZAS...

 

Sin duda, tu coraza te protege de la persona que quiere destruirte. Pero si no la dejas caer, te aislará también de la única que puede amarte”.

-Richard Bach-



Todos tenemos nuestro escudo personal para blindarnos ante el dolor, para “salvarnos”, aunque a veces no sepamos ni de qué, ni de quien. Creemos que tenemos que hacernos fuertes ante posibles amenazas, así, seguramente, lo hemos aprendido. Necesitamos protegernos.

¿Dónde está el problema? Pues que muchas veces nos “olvidamos” de destruir, de deshacernos de esas corazas que en un momento dado quizás nos sirvieron pero que justo en este instante provocan en nosotros el efecto contrario. Estamos dejando que tomen el control de nuestra vida y las convertimos en el filtro a través del cual vemos la realidad. Son muros que nos aislan del sufrimiento, pero también del amor y de cualquier experiencia vital: ¡No siento para no sufrir!

Podemos llegar a autosabotearnos, a boicotearnos, a bloquearnos emocionalmente, anclados en esa creencia de que aquello que me sirvió en un momento dado, me va a servir el resto de mi vida. Así, la coraza se conviete en trampa disfrazada de protección.

Muchas personas tienen tanto miedo a ser heridas que, de forma inconsciente, escondiéndose tras la coraza que supuestamente les protege, lo que hacen es alejarse de toda fuente de amor.

Deshacernos, derrumbar las corazas no es fácil, hay que hacerlo poco a poco, y sobre todo es imprescindible para ello disponer de una buena dosis de amor (autoamor), un buen pellizco de comprensión, armarnos de paciencia y aceptación durante el camino.

No hay recetas mágicas, se trata de tomar conciencia, de conectarnos con nosotros mismos, con nuestro presente, con lo que de verdad ahora, en este preciso instante quiero, y qué me estoy perdiendo.

Este es el trabajo, de eso se trata, de hacernos responsables, de liberarnos de todo atisbo de culpa, de tratarnos bien, porque evitar el sufrimiento a corto plazo puede parecer sencillo e incluso placentero, pero quizás a la larga genere más dolor.

La vida no siempre es fácil, pero (y) todo lo que nos pasa son capítulos que debemos integrar en la historia de nuestra vida. Dejemos de vivir a la defensiva.

Como dice B. Vilaseca: “Vivir sin coraza implica aceptar y sentir la propia vulnerabilidad. Esta es la auténtica fortaleza”.

¡SALUD!

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Viernes, 13 Noviembre 2020 07:40

EL OLOR DE LAS PEONÍAS

Como las peonías, la soledad tiene más de mil variedades. PEONÍA, etimológicamente, viene de Peán, el socorredor, el sanador. Sanación, igual que la SOLEDAD cuando es elegida, porque nos conecta con nuestro SER, con nuestra consciencia, con nuestros anhelos y nuestros deseos, con nuestras pérdidas y con nuestros recuerdos.

Hoy más que nunca, retomo y rehago mi relato sobre la soledad. Tiene mala prensa, no es preciso recordarlo, sin embargo siempre he pensado que pasar tiempo solos, solas, nos ayuda a mejorar la relación más importante de nuestras vidas, la relación con nosotros mismos.

Decía Sartre que, “Si te sientes en soledad cuando estás solo, estás en mala compañía”.

La soledad nos permite disfrutar del placer del silencio. El placer de sentir nuestra individualidad. El placer de sentir-nos.

Para muchas personas, la soledad puede ser un gran desafío, no saben cómo afrontarla, no se sienten preparados para ello.

Este sentimiento tiene que ver con lo social y también con lo emocional. Es un sentimiento interno más que un estado concreto, por eso puede aparecer en momentos en los que estamos rodeados de mucha gente.

Es parte de nuestra vida y cada uno de nosotros vivimos este sentimiento dependiendo de nuestra historia personal, que es única y diferente. Entonces, ¿De dónde viene ese miedo a la soledad?, pues principalmente viene del miedo al abandono, a ser rechazado, a no se merecedor del amor o el reconocimiento que otros me ofrecen.

Conectamos con el DESAMPARO, nos sentimos DESPROTEGIDOS, no tenemos satisfechas nuestras NECESIDADES y sentimos MIEDO, INSEGURIDAD, TRISTEZA y ANGUSTIA, ¿os suena?, ¿qué queremos hacer en estos tiempos donde la soledad es el principal mandato para frenar la pandemia?

Aprendamos a estar solos sin sufrir....

  • Hagamos acciones a lo largo del día que relacione soledad con bienestar. Conecta con tus gustos, con tu verdadera motivación, descubre lo que de verdad tiene sentido para ti.

  • Seamos creativos. Cuando estamos solos conectamos con lo más auténtico de nosotros mismos. Aprovechemos estos tiempos para encontrar esos recursos que seguramente no sabíamos o habíamos olvidado que teníamos.

  • Aceptemos. Solo si aceptamos que este es el momento que nos está tocando vivir, con nuestros miedos y nuestras incertidumbres, podremos salir reforzados y podremos volver a relacionarnos de una forma sana con los demás.

  • Permitámonos sentir nuestras emociones. Quizás descubramos qué es lo que estábamos evitando en el pasado huyendo de la soledad.

  • Hagamos un ejercicio de desapego. Tal vez la soledad, esta soledad, nos está abriendo la posibilidad desconectarnos con aquello que nos estaba perturbando.

  • Si abrazamos la soledad como parte de nosotros, aprenderemos a relacionarnos con los demás de una forma más libre.

Acojamos la soledad, nuestra soledad. Como la peonía, flor solitaria, la soledad es símbolo de armonía. Como la peonía, que desaparece en invierno y aparece en primavera, tan simple y tan bella, tan perfumada, tan curativa. Belleza capaz de atemperar cualquier desafío.

SALUD!

Todo el pasado se quiere apoderar de mí
y yo me quiero apoderar del futuro,
me dislocan la cabeza para que mire atrás
y yo quiero mirar adelante.

No me asustan la soledad y el silencio,
son los lugares preferidos de Dios
para manifestarse”

-Gloria Fuertes-

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Este es el contenido de un taller que impartí hace unos días a través de una de las plataformas que tan habituales se han hecho en nuestras vidas últimamente.

En él, compartido con un puñado de maravillosas personas, hablamos, en torno a ese peliagudo tema de los cuidados, de:

 

  • Lo IMPORTANTE y lo urgente.

  • Pero, ¿qué es el TIEMPO?

  • Cuando DELEGAR es la opción.

  • Decir NO sin sentirse culpable.

  • Alicia en el país de las Maravillas: el conejo y la reina de Corazones.

  • Un HERRAMIENTA fácil para ponerla en práctica hoy mismo.

 

Algunas personas dicen que cuidar de los demás es cuidarse a sí mismo. Yo digo lo contrario: cuidarse a sí mismo es cuidar a los demás, porque, al igual que en el amor, no podemos ofrecer lo que no tenemos.

CUIDAR viene del latín, COGNITARE que significa, PENSAR.

Cuidar es, PONER ATENCIÓN. La cuarta acepción de la RAE dice que es “Dar, darse buena vida”.

Partiendo de la metáfora de Alicia en el país de las Maravillas, tomé prestados dos personajes que me ayudaron a hablar del concepto TIEMPO Y LA DIFERENCIA ENTRE LO IMPORTANTE Y LO URGENTE (el conejo) y La reina de Corazones: ¡que le corten la cabeza!. Para qué nos autosaboteamos?.

"Auto-sabotaje es cuando decimos que queremos algo y después nos aseguramos de que no suceda". Alyce P. Cornyn-Selby

Otra de las cuestiones que más nos inquieta relacionada con el cuidar es la capacidad de DECIR NO. Cuando NO es NO. QUÉ NOS PASA CON LA DELEGACIÓN. QUÉ NOS DECIMOS CUANDO DEJAMOS UNA TAREA PARA LOS DEMÁS.

Saber decir que no y establecer límites no es fácil, pero es muy necesario para sentirnos bien con nosotras mismas, con nosotros mismos y con los demás.

¿Por qué nos cuesta decir que No tantas veces?

Hay diversos factores que influyen en nuestra capacidad para poner límites o a negarnos a peticiones de los demás, normalmente hay algunas ideas irracionales que sostienen este problema y hacen que nos resulte complicado:

 Sentirnos culpables si no hacemos lo que nos piden.
Hacernos responsables de todo. 
Sobrevalorar el "qué dirán" y la opinión de los demás por encima de nuestros motivos.
Estar pendientes de lo que opinen los demás de nosotras/os, querer quedar siempre bien. No podemos evitar siempre el conflicto o caerle siempre bien a todo el mundo, hemos de aceptar esta premisa de antemano.

 

Para finalizar, hicimos una práctica donde utilicé una herramienta de PNL para trabajar cómo tomar decisiones con autonomía.

 

Aquí, en el enlace, podéis ver el vídeo del taller completo. ¡SALUD!

https://youtu.be/U3r9K3K30QM

 

 

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Jueves, 04 Junio 2020 17:40

EL MUNDO SUTIL

El mundo sutil tiene que ver con la mirada. El mundo sutil es donde reside la esencia. El mundo sutil es el presente, el gozo de cada instante.

Hoy os hablo de coaching, cambio de observador y mundos sutiles.

Dice Julio Olalla que, “los puntos cardinales del COACHING son: la confianza, la aceptación, la ternura y la gentil irreverencia”.

Cuando alguien llega a tu consulta, tienes la plena seguridad de que esa persona sabe todo lo que tiene que saber sobre el asunto que le trae, para resolverlo o para conseguir un mejor resultado que el que ha obtenido hasta el momento. En realidad, es el único capaz de encontrar respuestas para conseguir sus objetivos.

¿Para qué entonces un COACH?

Pues, entre otras cosas, para AYUDAR a la persona a REFORMULAR el problema; porque un asunto bien definido seguramente tiene una solución fácil, sin embargo, un problema al que aparentemente no le encontramos solución, muy probablemente haya sido formulado de una forma restrictiva y limitante. Se trata de buscar en una dirección distinta a la que habíamos seguido hasta ahora.

Esta reformulación, en un proceso de coaching, se hace a través de preguntas efectivas que PROPONEN al cliente reconsiderar esa antigua forma de definir su problema. Con ello provocamos un cambio de perspectiva que le permite descubrir enfoques diferentes.

Ante todo, le estamos otorgando poder y responsabilidad. Estamos situando a la persona en el centro del proceso, y eso facilitará que tome acción en su trabajo personal.

Pero (Y) no podemos olvidar que cada ser humano es un observador distinto. La realidad es la forma, más o menos definida, en la que cada uno, cada una, capta los hechos. Ante un mismo objeto, cada cual lo interpretará desde su experiencia, desde su sentir, desde lo que le dijeron desde pequeño que debía ser ese objeto. Cada cual le da su significado.

¿Qué es lo que nos hace ser uno u otro OBSERVADOR/A?

Evidentemente, nuestra posición en el mundo y la perspectiva que nos muestre: nuestra historia personal, nuestros valores, nuestras creencias, nuestras emociones, nuestros pasos, nuestros golpes, nuestro camino al andar.

Lo explica muy bien el cuento de “Los ciegos y el elefante”:

""Un grupo de ciegos se aproxima ante un mismo fenómeno que no habían conocido antes: un elefante. Para lograr describir ese fenómeno lo hacen de acuerdo a lo que pueden percibir, en este caso, a través del tacto, y así entender qué es un elefante. Y uno que tocaba la trompa, decía: “Un elefante es como una gran serpiente”. Otro que tocaba su pata delantera, se negaba ante esa descripción y argumentaba: “¡No!, es más bien como el tronco de una palmera”. Otro que tocaba una de sus orejas, decía: “¡Pero qué dices! Si es un enorme abanico”. Y por último, el cuarto ciego mientras tocaba los pelos de la cola, finalizaba: “¡Están todos equivocados! Es más bien como un ratón”".

Ya vemos que para algunos la “realidad” no es más que una gran serpiente, para otros un tronco de palmera, para los de más allá un enorme abanico y para los de aquí un simple ratón. Como dice Rafael Echeverría, vivimos en mundos interpretativos, no sabemos cómo son las cosas, solo sabemos cómo las observamos.

Ser observadores de la realidad nos lleva a ver el mundo de una manera particular. Nos lleva a relacionarnos de una manera específica que produce resultados específicos. Lo que conseguimos con un proceso de coaching es que, si esos resultados no nos satisfacen, simplemente encontramos una manera nueva, distinta, de “hacer” las cosas. Cambiamos de observador.

Hacer un CAMBIO DE OBSERVADOR no es simple, ni rápido, ni fácil. Necesitamos hacer cambios profundos revisando nuestras creencias, el sistema en el que nos relacionamos, la cultura a la que pertenecemos. En definitiva, tocar nuestros cimientos para, desde ahí, poder construir una nueva forma de situarnos en el mundo y poder obtener los resultados que deseo y ahora no estoy obteniendo.

La clave de este proceso, y yo diría de cualquier proceso de coaching, es el APRENDIZAJE.

No se trata de acumular conocimientos, evidentemente, estoy hablando de aprendizaje transformativo. Ese que provoca un impacto en nosotros y ayuda a transformar esos cimientos de los que hablábamos antes.

Es la clave para convertirnos en nuevos observadores de la realidad y que nos lleve a ver de forma diferente el sistema en el que estamos inmersos, permitiéndonos realizar acciones que nos ayuden a desarrollar nuestro potencial como personas.

Si tu mente está llena de conocimiento, estás siempre preparado para nada. Si está abierta, como la de los principiantes, estás disponible para todo. En la mente de los principiantes están las mayores posibilidades; en la mente de los expertos hay pocas” (S. Suzuki)

Para finalizar, os propongo un sencillo EJERCICIO para practicar el cambio de observador. Se trata de hacer un REENCUADRE de una situación determinada:

1.- Cojamos como ejemplo una expresión que seguramente muchos de nosotros usamos. Es el “temido”, “Si, pero...”

2.- Piensa en una situación positiva, agradable, bienvenida en tu vida. Por ejemplo: “Me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento”.

3.- Apliquémosle nuestro patrón. La frase quedaría así: “SI, me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento, PERO seguro que con la situación de crisis que vivimos el contrato no durará mucho”.

4.- Ahora, cambia la palabra “pero”, por “aunque”. La frase quedaría de la siguiente manera: “SI, me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento, AUNQUE con la situación de crisis que vivimos, el contrato no durará mucho”.

5.- Observa hacia dónde va tu atención en uno y otro caso. Date cuenta de la importancia de nuestros pensamientos y de lo que nos decimos.

Mira lo que ocurre con este pequeño cambio de percepción.

Este caso es “facilito”, pero no siempre es así y se requiere de ayuda profesional. Te invito a practicar. ¿Cuál es tu “si, pero...”?

 

¡SALUD!

https://youtu.be/iLgLA-lLaXQ

Música: Savina Yannatou





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No se nada de náutica. Me encanta la playa pero me da miedo el mar. En los barcos me mareo y hacer un crucero sería el mayor de los castigos. Sin embargo, después de pasar por mi proceso de cáncer y decidir crear un proyecto para acompañar a personas que hubiesen pasado por una experiencia similar a la mía, este fue el nombre que elegí: AL PAIRO. La idea no la tuve yo, los que me conocen los saben, pero cuando leí el significado, no cabía duda de que eso era lo más parecido a lo que había pasado, estaba pasando, en esos momentos.

Dicen los expertos en náutica que, “poner un barco al pairo, consiste en mantener la posición del buque estática respecto al fondo. Si el viento o las corrientes están en calma, la cosa es sencilla; pero cuando las condiciones son de temporal significa mantener proa al oleaje con poco trapo, poca superficie de velas, al viento. Esto compensa el efecto de abatimiento”.

Muchas veces nos sentimos así, sin rumbo, perdidos, desconsolados o en estado de incertidumbre. Ante una enfermedad, ante una crisis sanitaria, política, económica, como la que estamos pasando, ante las pérdidas de todo tipo que sufrimos en la vida.

Cada persona reacciona de una forma distinta, pero hay algo que en la mayoría de los casos se repite, la sensación de miedo, la pregunta de por qué a mí, la incertidumbre de saber, o no saber, qué me conviene en ese momento.

Ante esto, se trata de trabajar el placer de sentir nuestro propio proceso de desarrollo, de cambio, de estar preparados, preparadas para lo que venga. De alejarnos de conflictos; de los externos, pero también de los internos.

Cada uno de nosotros tenemos un mapa del mundo, una representación de nuestra REALIDAD, pero esa no es la realidad.

Se trata de aumentar nuestro grado de consciencia para reconocer nuestras NECESIDADES y explorarnos como una forma de enriquecimiento y crecimiento personal.

¿CÓMO?... 

  • Dejándonos acompañar desde el respeto. ¡Déjate querer!

  • Compartiendo nuestras experiencias. ¡Cuéntalo!

  • Escuchando lo que cada uno, cada una, tenga que decir, sin juicios. ¡Soy todo/a oídos!

  • Buscando la brújula que nos guíe en la travesía. ¡Si me necesitas, silba!

  • Aprendiendo a identificar y gestionar las emociones sin castigarnos. Hoy estoy triste, ¿y?

  • Aceptando que esta persona también soy yo. ¡He cambiado!

  • Dando nombre a lo que nos pasa. ¡Me preocupa el futuro!

  • Desmontando las creencias que nos limitan. ¡Voy a salir de esta!

  • Aprendiendo a ser personas compasivas y misericordiosas. ¡Dónde pongo mis miserias!

Las CRISIS, cualquier crisis, deberían estar sostenidas desde distintos aspectos. En una como la actual, llamada sanitaria, está claro que también se verá afectado el aspecto económico, ya lo estamos viendo, pero ¿qué pasa con el resto? ¿por qué no le damos el lugar, la atención, que se merecen?. 

Estos son algunos tips que nos pueden ayudar:

1.- AUTO-gestiona tus EMOCIONES.

Estaremos autogestionando nuestras emociones si logramos transformarlas y encauzar su energía. Entonces seremos capaces de articular una respuesta integradora y apropiada a la situación que las origina.

Una persona inteligente emocionalmente es aquella que tiene la habilidad de:

. percibir su estado emocional, asumirlo y expresarlo.

. comprender la naturaleza de ese estado.

. regularlo para impedir efectos negativos y aprovechar los positivos.

. hacer todo esto con el estado emocional de los que lo rodean.

¿DIFICIL?

2.- Ejercita el OPTIMISMO.

Ser optimista no significa ignorar la realidad. Una persona optimista reconocerá la situación, la aceptará y con esperanza dirá: “Esto será difícil, pero es una oportunidad de replantearme mi vida y hacer cosas que antes no me permitía”.Steven Southwick, profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Yale, señala que el optimismo, al igual que el pesimismo, puede ser contagioso. Así que su consejo (y el mío si me lo permitís) es: “Júntate con personas optimistas”.

3.- Desapégate: querer NO es NECESITAR.

El desapego mal entendido puede parecer puro egoísmo, pero nada más lejos de la realidad. Practicar el desapego no significa romper vínculos con todo aquello que es importante para mí, ni siquiera significa dejar de tener objetivos o de querer cosas. Más bien significa que aunque yo quiera algo, no lo necesito para vivir ni para ser feliz.

Aprendamos, pues, a poner en práctica estas 3 sencillas leyes sobre el desapego…

1ª Ley: eres responsable de ti misma/o.

2ª Ley: vive el presente, acepta y asume la realidad.

3ª Ley: asume que las pérdidas van a suceder tarde o temprano. 

4.- “Tira” de tu RED de apoyo.

Una red de apoyo sólida implica identificar a quién podemos acudir en caso de tener una dificultad.

Muchas veces la falta de un lazo en nuestra red de apoyo resulta porque no sabemos reconocer cuándo necesitamos ayuda o pudiéramos llegar a necesitarla, aislándonos de las personas o no procurando círculos sociales.

Evaluemos nuestra red de apoyo emocional:¿En quién confío? ¿Quién me apoya? ¿Quién me escucha? ¿A quién pido consejo?.

5.- Practica la MEDITACIÓN.

Practiquemos nuevas formas de percibir, actuar, pensar y sentir ante lo que nos acontece, creando nuevos patrones que fomenten el bienestar personal y relacional.

La mente se preocupa del pasado y del futuro, sin centrarse en lo que pasa en el momento presente, deribando en muchas ocasiones en estados de ansiedad (se anticipa a la realidad) y rumiación (se ancla en el pasado).

Una mente ajena al presente es incapaz de conocer la realidad tal como es. Por eso debemos apaciguarla, tranquilizarla para que sea capaz de conocer esa realidad.

Justo esto es lo que conseguimos con la práctica de la meditación: dirigir, estabilizar e incrementar la potencia de nuestra atención.

 

Haber estado en un naufragio o en una batalla es algo bello y glorioso; lo peor es que hubo que estar allí para estar allí”.

(Fernando Pessoa)

 

¡SALUD!


https://youtu.be/fqMgHCksXpI

 



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