Mostrando artículos por etiqueta: confinamiento

Viernes, 04 Septiembre 2020 09:41

PROCRASTINACIÓN

Justo ahora, cuando este extraño verano casi llega a su fin, os vengo con nueva reflexión sobre este término, como decíamos, difícil de pronunciar y más difícil de gestionar. Y recordamos, ahora que estamos en pleno intento de vuelta a la normalidad, que “cualquier día” no es un día de la semana.

PROCRASTINAR quiere decir dejar para el futuro, es una palabra de origen latino, viene de procrastinare que significa aplazar.
Cuando la realización de una tarea nos resulta desagradable, trabajosa o cansada, física o psicológicamente, la mayoría de las personas buscamos la forma de posponerla, ya sea llevando a cabo otras actividades más placenteras o simplemente dejando pasar el tiempo.

Cuando te des cuenta que estás procrastinando, pregúntate, ¿de qué estoy huyendo? Porque sí, amigos y amigas, procrastinar tiene mucho que ver con la huida y la evitación.

Evitamos hacer algo porque exponernos a ello nos genera ansiedad y malestar. Quizás nuestro cerebro, una vez más, nos hace el jueguecito y sentimos un cierto placer momentáneo, pero no nos engañemos, estamos cayendo en una trampa y cada vez habrá más situaciones que “nos apetezca” evitar y que nos llevará a limitar nuestra vida y quizás nos suma en un profundo malestar.

Por tanto, huir y evitar nunca es la salida, tan solo nos provoca un bienestar momentáneo, una ilusión de la realidad. La tarea pendiente sigue estando ahí.

Los griegos llamaban a la procrastinación “akrasía”, que quiere decir falta de autocontrol y tendencia a actuar en contra de nuestro verdadero interés.

Para mí, tiene mucho que ver con el autosabotaje, del que ya hemos hablado en alguna ocasión. Tiene que ver con esa batalla interna que nos impide, tantas veces, estar en PAZ.

En la ESTRATEGIA para dejar de procrastinar, estos son mis 10 TIPS:

 

  1. Párate y haz una lista de excusas, de las tuyas, de esas que te dices cada vez que te enfrentas a una tarea. Elimíalas de tu vida. ¿Difícil?, nadie dijo que fuera fácil.

     

  2. Piensa qué consecuencia real, de verdad, está provocando que tú pospongas eso que no te apetece hacer.

     

  3. Ponte en la situación contraria, ¿Qué beneficio vas a obtener si lo haces?

     

  4. Prémiate. No tienen que ser grandes regalos. Simplemente concédete un pequeño capricho por haberle metido mano a eso que llevabas tiempo posponiendo.

     

  5. No hay que hacerlo todo a la vez. Dosifica tus tareas. ¿Recuerdas el refrán, “el que mucho abarca, poco aprieta”?, pues eso!

     

  6. Confía en ti. El miedo al fracaso hace que tu mente te empuje al abismo de la procrastinación.

     

  7. Deja de poner excusas, el universo no tiene la culpa. Responsabilízate de tu vida, de tus éxitos y de tus fracasos.

     

  8. Planifica. Diferencia entre lo importante y lo urgente. Pon-te fechas límites.

     

  9. Regla de los 5 segundos de Mel Robbins. Llega el momento de hacer “eso” que no te apetece. Sabes que tienes que hacerlo, pero dudas. En ese momento, haz una cuenta atrás de 5 segundos y...¡ponte en marcha! Pasados esos 5 segundos, si no lo has hecho, tu cerebro, que es muy listo, abandonará la idea y tú te convencerás que es mejor dejarlo para otro momento. ¡Este es el juego!

     

  10. Practica algún tipo de meditación. Se ha comprobado que hay una relación inversa entre la procrastinación y la meditación consciente o mindfulness. Si nos concentramos en el momento presente ayudamos a evitar la procrastinación y al contrario, cuando la evitamos, estamos facilitando vivir en el momento presente.

 

Ahora, que seguramente estás a punto de reincorporarte, de retomar tus tareas cotidianas, ¿dónde te sitúas?

 

¡Métele mano a la vida!

 

 

¡SALUD!

 

Publicado en AUTORRELATOS
Viernes, 10 Julio 2020 06:02

PRESAGIOS Y AUGURIOS

Me encanta la sonoridad de estas palabras. Reflexionar sobre ellas ha seguido el camino contrario a la lógica. Primero pensé en el fonema y luego caí en la cuenta de lo mucho que estos términos, tan hermosos, con tanto significado, tienen que ver con un término, mucho menos sonoro, pero con gran carga en disciplinas como la psicología o el coaching: la “profecía autocumplida”.

A su vez, este concepto lo relaciono con los “y si // y si no”, que tienen mucho que ver con la adivinación y las creencias vinculadas a los presagios y los augurios. Cerramos el círculo!

Exacto, la “profecía autocumplida” es la predicción que, una vez hecha se convierte en la causa que corrobora esa predicción más adelante. Si yo concibo algo como real, esta situación crea efectos reales en mí, porque yo creo (de crear) la realidad a través de mi sesgo.

Relacionándolo con la situación actual podríamos poner un ejemplo. Si una persona cree que todo lo que está pasando alrededor del covid se debe a una conspiración política y económica a nivel mundial, todo lo que lee, todas las noticias que escucha, toda la información que busca estarán enfocadas en confirmar esa hipótesis y se aferrará con mayor convicción a ello. Su profecía se ha cumplido. Su enfoque subjetivo triunfa por encima de cualquier otra teoría.

Las creencias y las expectativas que los demás tienen sobre nosotros también afectan a nuestro comportamiento, generando conductas que confirman lo que se espera que hagamos. Otra vez, la “profecía autocumplida”.

Se dice que la “profecía autocumplida” es un sesgo en la percepción que provoca que anticipemos los hechos y sus consecuencias antes de que ocurran.

Cuando vivimos una situación determinada guardamos un registro en nuestra memoria que nos sirve de aprendizaje, vamos construyendo nuestra vida a través de las vivencias, pero...

 

¿CUAL ES EL PROBLEMA?

 

Fácil: NOS ANTICIPAMOS. Ante una situación determinada y basándonos en argumentos totalmente irracionales y fuera de toda lógica, damos por hecho que aquello que va a ocurrir ocurrirá justo de esa forma. Qué lío, no?. Así es la mente humana. No hay ninguna lógica que diga que va a ser así, pero, nos dejamos llevar, otra vez, por la “profecía autocumplida”.

Hay un sesgo más en toda esta maraña mental, el sesgo de confirmación. Esas frases lapidarias de:”te lo dije”, “yo sabía que al final ocurriría”, no son más que eso, la confirmación de que somos capaces de, tras haber anticipado que algo ocurriría, analizar cada hecho para confirmar que verdaderamente se ha cumplido. Ponemos en marcha nuestro pensamiento selectivo para quedarnos con lo que confirma nuestro presagio y deshechamos lo que no. ¿Os suena?

Cuando en algún momento de nuestra vida hemos pensado que no “valíamos” para algo (estudiar, un trabajo determinado o correr la maratón de Nueva York), nos sumimos en una situación de angustia que limitará nuestra capacidad y que hará que se confirme nuestra falta de valía para lograr una respuesta positiva.

Si “sospechamos” que alguien nos traiciona (amigo, pareja, compañera,...), pondremos el foco en buscar todos los indicios que confirmen nuestra sospecha. Pongo ahí mi energía y “me ocupo” de que finalmente pase lo que he profetizado.

Aquí van algunos tips que nos pueden servir para bregar con esta trampa de la “profecía autocumplida”:

 

  • Presta atención a tus pensamientos: ¿Cómo son?, ¿Cómo han aparecido?, ¿Están en el presente?, ¿Qué palabras estás usando para referirte a ellos?, ¿Qué te hacen sentir?

  • Date cuenta. ¿Eres capaz de ver si te estás anticipando a algo que aún no ha sucedido?

  • Pregúntate, ¿Tengo alguna evidencia objetiva que me indique que eso va a ocurrir?

  • Que haya pasado en otras ocasiones no significa que tenga que volver a ocurrir. Seamos conscientes y analicemos si nos estamos basando en recuerdos pasados y en cómo me sentí en esa ocasión.

  • Apunta las “pruebas” de esa profecía, haz un poco detective de tí mismo y observa si estas pruebas son reales o imaginarias. Pero, no te hagas trampas al solitario.

  • Intenta encontrar palabras neutras y busca un pensamiento alternativo a esa profecía.

  • Analiza el hecho del pasado en el que te estás basando esta vez. ¿Cuantas veces se cumplio la profecía en el pasado?

 

Y, sobre todo, no dejes que limiten tu vida. No dejes que mermen tu autoestima, porque, como dice R.W. Emerson: “la confianza en uno mismo, en una misma, es el primer peldaño para ascender por la escalera del éxito”.

Si todo esto no es sufiente, sabes que siempre puedes pedir ayuda profesional. Puedes contactar conmigo y te explico qué ofrezco en mi servicio terapéutico (online o presencial) y cual es mi Método Integrativo.

 

¡SALUD!   https://youtu.be/4ziUhDBd_3E

 

Fama o integridad: ¿Qué es más importante?

Dinero o felicidad: ¿Qué es más valioso?

Éxito o fracaso: ¿Qué es más destructivo?

 

Si miras a otros en busca de plenitud

nunca alcanzarás la auténtica plenitud.

Si tu felicidad depende de posesiones

nunca estarás feliz contigo mismo.

 

Conténtate con lo que tienes;

regocíjate en que las cosas son como son.

Cuando comprendes que nada falta,

el mundo entero te pertenece.”

(Tao Te Ching)

 

 

 

Publicado en AUTORRELATOS

Este es el contenido de un taller que impartí hace unos días a través de una de las plataformas que tan habituales se han hecho en nuestras vidas últimamente.

En él, compartido con un puñado de maravillosas personas, hablamos, en torno a ese peliagudo tema de los cuidados, de:

 

  • Lo IMPORTANTE y lo urgente.

  • Pero, ¿qué es el TIEMPO?

  • Cuando DELEGAR es la opción.

  • Decir NO sin sentirse culpable.

  • Alicia en el país de las Maravillas: el conejo y la reina de Corazones.

  • Un HERRAMIENTA fácil para ponerla en práctica hoy mismo.

 

Algunas personas dicen que cuidar de los demás es cuidarse a sí mismo. Yo digo lo contrario: cuidarse a sí mismo es cuidar a los demás, porque, al igual que en el amor, no podemos ofrecer lo que no tenemos.

CUIDAR viene del latín, COGNITARE que significa, PENSAR.

Cuidar es, PONER ATENCIÓN. La cuarta acepción de la RAE dice que es “Dar, darse buena vida”.

Partiendo de la metáfora de Alicia en el país de las Maravillas, tomé prestados dos personajes que me ayudaron a hablar del concepto TIEMPO Y LA DIFERENCIA ENTRE LO IMPORTANTE Y LO URGENTE (el conejo) y La reina de Corazones: ¡que le corten la cabeza!. Para qué nos autosaboteamos?.

"Auto-sabotaje es cuando decimos que queremos algo y después nos aseguramos de que no suceda". Alyce P. Cornyn-Selby

Otra de las cuestiones que más nos inquieta relacionada con el cuidar es la capacidad de DECIR NO. Cuando NO es NO. QUÉ NOS PASA CON LA DELEGACIÓN. QUÉ NOS DECIMOS CUANDO DEJAMOS UNA TAREA PARA LOS DEMÁS.

Saber decir que no y establecer límites no es fácil, pero es muy necesario para sentirnos bien con nosotras mismas, con nosotros mismos y con los demás.

¿Por qué nos cuesta decir que No tantas veces?

Hay diversos factores que influyen en nuestra capacidad para poner límites o a negarnos a peticiones de los demás, normalmente hay algunas ideas irracionales que sostienen este problema y hacen que nos resulte complicado:

 Sentirnos culpables si no hacemos lo que nos piden.
Hacernos responsables de todo. 
Sobrevalorar el "qué dirán" y la opinión de los demás por encima de nuestros motivos.
Estar pendientes de lo que opinen los demás de nosotras/os, querer quedar siempre bien. No podemos evitar siempre el conflicto o caerle siempre bien a todo el mundo, hemos de aceptar esta premisa de antemano.

 

Para finalizar, hicimos una práctica donde utilicé una herramienta de PNL para trabajar cómo tomar decisiones con autonomía.

 

Aquí, en el enlace, podéis ver el vídeo del taller completo. ¡SALUD!

https://youtu.be/U3r9K3K30QM

 

 

Publicado en AUTORRELATOS
Viernes, 26 Junio 2020 08:42

LOS "PARA QUÉ"

Retomo parte de una reflexión que hice hace más de un año a hilo de la polémica, que tantas veces nos creamos, amparada en un celo profesional casi siempre absurdo e inflado de ego.

Vamos a tranquilizarnos, decía entonces. Dejemos de ver fantasmas. ¿Que hay mucho intrusismo?, si. ¿Que hay gente aprovechada intentando sacar tajada de todo aquello que mínimamente suene a “moda”?, por supuesto. ¿Que hay profesionales estupendos y perfectamente preparados con mucho que ofrecer lejos de la titulitis?, también.

Soy Coach, desde hace algunos años; también soy Pedagoga, desde hace muchos más; y me estoy formando como terapéuta Gestalt, además de otras muchas cosas. Estoy en permanente proceso de formación y crecimiento personal y profesional. Porque sí, sin exigencias y buscando siempre la excelencia en mi trabajo.

De forma resumida puedo decir que lo que yo ofrezco es un proceso de acompañamiento a través del cual trabajo con el cliente una serie de herramientas que le den la confianza para buscar (y encontrar) por sí mismo, por sí misma, sus propias respuestas, descubrir su potencial y el camino hacia sus logros. En definitiva se trata de orientar para encontrar, provocar y gestionar los cambios en una persona que le permitan alcanzar sus metas u objetivos. La conversación y la escucha son las herramientas centrales.

Durante el trabajo ayudo a que la personal identifique sus fortalezas y cree el potencial que le permita conseguir los resultados deseados a través de un plan de acción cuyos beneficios son:

.- Aporta una estructura para el desarrollo personal que parte del establecimiento de objetivos así como del descubrimiento de las potencialidades y limitaciones.

.- Establece en el centro del proceso a la persona.

.- Se trabaja en el autoconocimiento.

.- Contribuye a cambiar la perspectiva del cliente ampliando su “mapa mental”.

.- Permite incorporar nuevas habilidades personales, profesionales y emocionales.

.- Se sustituyen creencias limitantes por potenciadoras.

.- Se fomenta la responsabilidad y la confianza.

.- Se generan posibilidades para la acción, obteniendo con ello nuevos resultados.

.- Se motiva hacia el cambio para obtener un mayor nivel de satisfacción y felicidad.

En esto y, algo más, trabajo. Ahora con nuevo espacio, puesto con el mismo amor de siempre, pero más hermoso si cabe.

¿Nos encontramos?

 

Me espera el mundo, el mar y lo que amo,

la odisea feroz de ser feliz”

 

(Juan Vicente Piqueras)

 

 

Publicado en AUTORRELATOS
Jueves, 11 Junio 2020 19:33

AMOR INCONDICIONAL

 

A veces, vivimos en un epicentro donde nuestra mirada es incapaz de ver aquello que tiene más cerca. Quizás, podemos ver las necesidades ajenas, o al menos eso creemos, pero somos incapaces de ver las propias. Tal vez solo necesitamos, un poco de tiempo, algo de atención y una habitación propia (y no, no hay que ser Virginia Woolf). 

Se trata de entrar en contacto con nuestras raíces. Se trata de nutrirnos para permitir que nuestras hojas, nuestras ramas, crezcan altas y libres. 

Amarse a uno mismo, a una misma, forma parte de un proceso fundamental en nuestra vida que hará que podamos amar de una forma honesta a los demás. 

Es sentir una clase de amor que es INCONDICIONAL , un amor que nos corresponde por derecho propio, solo por el hecho de estar vivos, un amor que nadie nos puede quitar. 

Es muy complicado dar lo que no se tiene, y si una persona no siente AMOR HACIA SÍ MISMA, difícilmente podrá darlo. Podrá creer que está amando a los demás, sin embargo estará cayendo continuamente en la manipulación, las exigencias y el chantaje emocional. 

Cuando no hemos aprendido a amarnos incondicionalmente, buscamos fuera ese amor que añoramos, dándole un valor que muchas veces va en relación a cómo nos tratan o cuanto nos valoran. De este modo, quedamos expuestos a la evaluación externa y por tanto, dejamos nuestra FELICIDAD en manos ajenas, en lugar de responsabilizarnos de ella. 

Este tipo de dependencia nos perjudica, hasta el punto de ir mendigando amor y cariño; llamando la atención y emitiendo conductas complacientes, para obtener las miradas, el acercamiento y el cuidado de las demás personas. 

Te invito a hacerte estas dos preguntas: 

¿Depende mi valor personal de las causas externas? 

¿Creo que el hecho de amarme a mí mismo/a es un acto egoísta? 

Si tus respuestas son, SI, no eres el único/a, estas CREENCIAS son más comunes de lo que pensamos y nos hacen olvidar que el amor hacia los demás comienza por el amor a uno mismo, formando a su vez parte del amor hacia la humanidad. 

Incorporar el cuidado mutuo en nuestras vidas nos permite atender nuestras necesidades, sin poner por encima de ellas las de los demás. Para ello, resulta imprescindible conocerlas e indagar en ellas, aprender a atenderse. 

Cuando nos atendemos y comprendemos, somos capaces de NO JUZGARNOS ni culpabilizarnos por los errores que podamos haber cometido, emprendiendo un camino hacia la ACEPTACIÓN de lo que somos. Aceptar lo que somos, implica aceptarnos con nuestros defectos, descubriendo las destrezas, límites, habilidades, virtudes y recursos de los que disponemos. 

A través de la aceptación nos acercamos al amor incondicional, como un acto de COMPASIÓN y de entendimiento hacia lo que somos. Sin que las propias exigencias limiten nuestra capacidad para amarnos, y en consecuencia amar a los demás. 

Así, de una forma honesta, podremos establecer relaciones que no se basen en la búsqueda del reconocimiento. Queriéndonos, podremos entregarnos verdaderamente al acto de poder querer a las demás personas de una forma compasiva. 

Ama incondicionalmente, no pidas nada a cambio. Recibirás mucho sin necesidad de pedirlo -lo convertirás en otra cosa-, pero no seas un mendigo. En el amor sé un emperador. Solamente da y observa qué ocurre: recibirás mil veces más. Pero tienes que aprender el truco. De lo contrario seguirás siendo un avaro; darás un poco y esperarás recibir algo, y esa espera y esa expectación destruirán toda la belleza de tus actos”. -Osho- 

Amarse no depende de lo que te amen:

.- Nos han enseñado a tomar demasiado en serio lo externo para amarnos a nosotros mismos. Sin embargo, es importante saber que ni nuestros logros, ni nuestro éxito en la vida debería condicionar el querernos más o menos. 

.- Amarse a uno mismo, a una misma, tiene que ver con respetarse, entenderse, comprenderse y perdonarse. Aprender todos los días de nuestros errores nos ayudará a conectar con nuestro interior y enriquecernos. Cuando nos amamos de forma sana estamos preparados para amar a los demás, si no corremos el riesgo de caer en relaciones de dependencia y necesitar a la otra persona para ser feliz.  

Howard Gardner, padre de la teoría de las Inteligencias Múltiples, habla de la INTELIGENCIA INTRAPERSONAL. Se trata de una inteligencia que nos permite conocernos y bucear en nuestros sentimientos y emociones. Gracias a este tipo de inteligencia introspectiva podemos comprendernos y entendernos. Así pues, fomentar esta inteligencia en nosotros será de gran beneficio para aprender a amarnos. 

En definitiva, y este es el tip de hoy: Ámate de forma saludable, ámate incondicionalmente, y de esta forma aprenderás a amar a los demás sin dependencias ni exigencias.

 

¡SALUD!

 

 

Publicado en AUTORRELATOS
Jueves, 04 Junio 2020 17:40

EL MUNDO SUTIL

El mundo sutil tiene que ver con la mirada. El mundo sutil es donde reside la esencia. El mundo sutil es el presente, el gozo de cada instante.

Hoy os hablo de coaching, cambio de observador y mundos sutiles.

Dice Julio Olalla que, “los puntos cardinales del COACHING son: la confianza, la aceptación, la ternura y la gentil irreverencia”.

Cuando alguien llega a tu consulta, tienes la plena seguridad de que esa persona sabe todo lo que tiene que saber sobre el asunto que le trae, para resolverlo o para conseguir un mejor resultado que el que ha obtenido hasta el momento. En realidad, es el único capaz de encontrar respuestas para conseguir sus objetivos.

¿Para qué entonces un COACH?

Pues, entre otras cosas, para AYUDAR a la persona a REFORMULAR el problema; porque un asunto bien definido seguramente tiene una solución fácil, sin embargo, un problema al que aparentemente no le encontramos solución, muy probablemente haya sido formulado de una forma restrictiva y limitante. Se trata de buscar en una dirección distinta a la que habíamos seguido hasta ahora.

Esta reformulación, en un proceso de coaching, se hace a través de preguntas efectivas que PROPONEN al cliente reconsiderar esa antigua forma de definir su problema. Con ello provocamos un cambio de perspectiva que le permite descubrir enfoques diferentes.

Ante todo, le estamos otorgando poder y responsabilidad. Estamos situando a la persona en el centro del proceso, y eso facilitará que tome acción en su trabajo personal.

Pero (Y) no podemos olvidar que cada ser humano es un observador distinto. La realidad es la forma, más o menos definida, en la que cada uno, cada una, capta los hechos. Ante un mismo objeto, cada cual lo interpretará desde su experiencia, desde su sentir, desde lo que le dijeron desde pequeño que debía ser ese objeto. Cada cual le da su significado.

¿Qué es lo que nos hace ser uno u otro OBSERVADOR/A?

Evidentemente, nuestra posición en el mundo y la perspectiva que nos muestre: nuestra historia personal, nuestros valores, nuestras creencias, nuestras emociones, nuestros pasos, nuestros golpes, nuestro camino al andar.

Lo explica muy bien el cuento de “Los ciegos y el elefante”:

""Un grupo de ciegos se aproxima ante un mismo fenómeno que no habían conocido antes: un elefante. Para lograr describir ese fenómeno lo hacen de acuerdo a lo que pueden percibir, en este caso, a través del tacto, y así entender qué es un elefante. Y uno que tocaba la trompa, decía: “Un elefante es como una gran serpiente”. Otro que tocaba su pata delantera, se negaba ante esa descripción y argumentaba: “¡No!, es más bien como el tronco de una palmera”. Otro que tocaba una de sus orejas, decía: “¡Pero qué dices! Si es un enorme abanico”. Y por último, el cuarto ciego mientras tocaba los pelos de la cola, finalizaba: “¡Están todos equivocados! Es más bien como un ratón”".

Ya vemos que para algunos la “realidad” no es más que una gran serpiente, para otros un tronco de palmera, para los de más allá un enorme abanico y para los de aquí un simple ratón. Como dice Rafael Echeverría, vivimos en mundos interpretativos, no sabemos cómo son las cosas, solo sabemos cómo las observamos.

Ser observadores de la realidad nos lleva a ver el mundo de una manera particular. Nos lleva a relacionarnos de una manera específica que produce resultados específicos. Lo que conseguimos con un proceso de coaching es que, si esos resultados no nos satisfacen, simplemente encontramos una manera nueva, distinta, de “hacer” las cosas. Cambiamos de observador.

Hacer un CAMBIO DE OBSERVADOR no es simple, ni rápido, ni fácil. Necesitamos hacer cambios profundos revisando nuestras creencias, el sistema en el que nos relacionamos, la cultura a la que pertenecemos. En definitiva, tocar nuestros cimientos para, desde ahí, poder construir una nueva forma de situarnos en el mundo y poder obtener los resultados que deseo y ahora no estoy obteniendo.

La clave de este proceso, y yo diría de cualquier proceso de coaching, es el APRENDIZAJE.

No se trata de acumular conocimientos, evidentemente, estoy hablando de aprendizaje transformativo. Ese que provoca un impacto en nosotros y ayuda a transformar esos cimientos de los que hablábamos antes.

Es la clave para convertirnos en nuevos observadores de la realidad y que nos lleve a ver de forma diferente el sistema en el que estamos inmersos, permitiéndonos realizar acciones que nos ayuden a desarrollar nuestro potencial como personas.

Si tu mente está llena de conocimiento, estás siempre preparado para nada. Si está abierta, como la de los principiantes, estás disponible para todo. En la mente de los principiantes están las mayores posibilidades; en la mente de los expertos hay pocas” (S. Suzuki)

Para finalizar, os propongo un sencillo EJERCICIO para practicar el cambio de observador. Se trata de hacer un REENCUADRE de una situación determinada:

1.- Cojamos como ejemplo una expresión que seguramente muchos de nosotros usamos. Es el “temido”, “Si, pero...”

2.- Piensa en una situación positiva, agradable, bienvenida en tu vida. Por ejemplo: “Me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento”.

3.- Apliquémosle nuestro patrón. La frase quedaría así: “SI, me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento, PERO seguro que con la situación de crisis que vivimos el contrato no durará mucho”.

4.- Ahora, cambia la palabra “pero”, por “aunque”. La frase quedaría de la siguiente manera: “SI, me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento, AUNQUE con la situación de crisis que vivimos, el contrato no durará mucho”.

5.- Observa hacia dónde va tu atención en uno y otro caso. Date cuenta de la importancia de nuestros pensamientos y de lo que nos decimos.

Mira lo que ocurre con este pequeño cambio de percepción.

Este caso es “facilito”, pero no siempre es así y se requiere de ayuda profesional. Te invito a practicar. ¿Cuál es tu “si, pero...”?

 

¡SALUD!

https://youtu.be/iLgLA-lLaXQ

Música: Savina Yannatou





Publicado en AUTORRELATOS

No se nada de náutica. Me encanta la playa pero me da miedo el mar. En los barcos me mareo y hacer un crucero sería el mayor de los castigos. Sin embargo, después de pasar por mi proceso de cáncer y decidir crear un proyecto para acompañar a personas que hubiesen pasado por una experiencia similar a la mía, este fue el nombre que elegí: AL PAIRO. La idea no la tuve yo, los que me conocen los saben, pero cuando leí el significado, no cabía duda de que eso era lo más parecido a lo que había pasado, estaba pasando, en esos momentos.

Dicen los expertos en náutica que, “poner un barco al pairo, consiste en mantener la posición del buque estática respecto al fondo. Si el viento o las corrientes están en calma, la cosa es sencilla; pero cuando las condiciones son de temporal significa mantener proa al oleaje con poco trapo, poca superficie de velas, al viento. Esto compensa el efecto de abatimiento”.

Muchas veces nos sentimos así, sin rumbo, perdidos, desconsolados o en estado de incertidumbre. Ante una enfermedad, ante una crisis sanitaria, política, económica, como la que estamos pasando, ante las pérdidas de todo tipo que sufrimos en la vida.

Cada persona reacciona de una forma distinta, pero hay algo que en la mayoría de los casos se repite, la sensación de miedo, la pregunta de por qué a mí, la incertidumbre de saber, o no saber, qué me conviene en ese momento.

Ante esto, se trata de trabajar el placer de sentir nuestro propio proceso de desarrollo, de cambio, de estar preparados, preparadas para lo que venga. De alejarnos de conflictos; de los externos, pero también de los internos.

Cada uno de nosotros tenemos un mapa del mundo, una representación de nuestra REALIDAD, pero esa no es la realidad.

Se trata de aumentar nuestro grado de consciencia para reconocer nuestras NECESIDADES y explorarnos como una forma de enriquecimiento y crecimiento personal.

¿CÓMO?... 

  • Dejándonos acompañar desde el respeto. ¡Déjate querer!

  • Compartiendo nuestras experiencias. ¡Cuéntalo!

  • Escuchando lo que cada uno, cada una, tenga que decir, sin juicios. ¡Soy todo/a oídos!

  • Buscando la brújula que nos guíe en la travesía. ¡Si me necesitas, silba!

  • Aprendiendo a identificar y gestionar las emociones sin castigarnos. Hoy estoy triste, ¿y?

  • Aceptando que esta persona también soy yo. ¡He cambiado!

  • Dando nombre a lo que nos pasa. ¡Me preocupa el futuro!

  • Desmontando las creencias que nos limitan. ¡Voy a salir de esta!

  • Aprendiendo a ser personas compasivas y misericordiosas. ¡Dónde pongo mis miserias!

Las CRISIS, cualquier crisis, deberían estar sostenidas desde distintos aspectos. En una como la actual, llamada sanitaria, está claro que también se verá afectado el aspecto económico, ya lo estamos viendo, pero ¿qué pasa con el resto? ¿por qué no le damos el lugar, la atención, que se merecen?. 

Estos son algunos tips que nos pueden ayudar:

1.- AUTO-gestiona tus EMOCIONES.

Estaremos autogestionando nuestras emociones si logramos transformarlas y encauzar su energía. Entonces seremos capaces de articular una respuesta integradora y apropiada a la situación que las origina.

Una persona inteligente emocionalmente es aquella que tiene la habilidad de:

. percibir su estado emocional, asumirlo y expresarlo.

. comprender la naturaleza de ese estado.

. regularlo para impedir efectos negativos y aprovechar los positivos.

. hacer todo esto con el estado emocional de los que lo rodean.

¿DIFICIL?

2.- Ejercita el OPTIMISMO.

Ser optimista no significa ignorar la realidad. Una persona optimista reconocerá la situación, la aceptará y con esperanza dirá: “Esto será difícil, pero es una oportunidad de replantearme mi vida y hacer cosas que antes no me permitía”.Steven Southwick, profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Yale, señala que el optimismo, al igual que el pesimismo, puede ser contagioso. Así que su consejo (y el mío si me lo permitís) es: “Júntate con personas optimistas”.

3.- Desapégate: querer NO es NECESITAR.

El desapego mal entendido puede parecer puro egoísmo, pero nada más lejos de la realidad. Practicar el desapego no significa romper vínculos con todo aquello que es importante para mí, ni siquiera significa dejar de tener objetivos o de querer cosas. Más bien significa que aunque yo quiera algo, no lo necesito para vivir ni para ser feliz.

Aprendamos, pues, a poner en práctica estas 3 sencillas leyes sobre el desapego…

1ª Ley: eres responsable de ti misma/o.

2ª Ley: vive el presente, acepta y asume la realidad.

3ª Ley: asume que las pérdidas van a suceder tarde o temprano. 

4.- “Tira” de tu RED de apoyo.

Una red de apoyo sólida implica identificar a quién podemos acudir en caso de tener una dificultad.

Muchas veces la falta de un lazo en nuestra red de apoyo resulta porque no sabemos reconocer cuándo necesitamos ayuda o pudiéramos llegar a necesitarla, aislándonos de las personas o no procurando círculos sociales.

Evaluemos nuestra red de apoyo emocional:¿En quién confío? ¿Quién me apoya? ¿Quién me escucha? ¿A quién pido consejo?.

5.- Practica la MEDITACIÓN.

Practiquemos nuevas formas de percibir, actuar, pensar y sentir ante lo que nos acontece, creando nuevos patrones que fomenten el bienestar personal y relacional.

La mente se preocupa del pasado y del futuro, sin centrarse en lo que pasa en el momento presente, deribando en muchas ocasiones en estados de ansiedad (se anticipa a la realidad) y rumiación (se ancla en el pasado).

Una mente ajena al presente es incapaz de conocer la realidad tal como es. Por eso debemos apaciguarla, tranquilizarla para que sea capaz de conocer esa realidad.

Justo esto es lo que conseguimos con la práctica de la meditación: dirigir, estabilizar e incrementar la potencia de nuestra atención.

 

Haber estado en un naufragio o en una batalla es algo bello y glorioso; lo peor es que hubo que estar allí para estar allí”.

(Fernando Pessoa)

 

¡SALUD!


https://youtu.be/fqMgHCksXpI

 



Publicado en AUTORRELATOS
Viernes, 22 Mayo 2020 06:24

APRENDER A PEDIR

¿Qué les pasa a algunas personas con las peticiones?

 

Debemos recordar que una PETICIÓN siempre nace de una CARENCIA. Pedimos porque necesitamos algo del otro, algo que nos falta o que no podemos obtener sin ayuda. Esta necesidad nos pone en una situación de vulnerabilidad, nos expone, y esto, a veces, nos cuesta aceptarlo.

Por eso, pedir nos incomoda, nos cuesta trabajo, nos da miedo.

 

Por otro lado, es importante distinguir entre petición y expectativa (petición y deseo). A veces esperamos que la otra persona cumpla con cosas que nunca hemos pedido (al menos de forma clara y directa) y ello nos lleva a la frustración.

 

Una petición no es un DESEO, aunque muchas veces así lo entendemos. Esto hace que la comunicación se trunque, que creemos malos entendidos y que ambas partes se sientan frustradas, ¿os suena?.

 

Por eso, para asegurarnos de que lo estamos haciendo bien, debemos tener en cuenta:

 

  • El contexto. No puedo pedir cualquier cosa en cualquier sitio.

  • Hacer la petición de forma clara y directa. Los “necesitaría”, “me vendría bien”, y cualquier otro tiempo condicional, no son los mejores aliados para pedir.

  • Que sea específica. Cuándo lo quiero, para qué lo quiero y cómo lo quiero.

  • Comprobar que la otra persona tiene “capacidad” para cumplir lo que le estoy pidiendo. No pedir imposibles, seamos razonables.

     

Detrás del miedo a las peticiones, muchas veces está el miedo al NO. A la incapacidad de decirlo y también al terror a que nos lo digan. Las personas que siempre dicen SI (seguro que conoces a alguna), tienen mayor dificultad para hacer peticiones claras.

 

Quizás hemos aprendido, a lo largo de nuestra vida, que decir “no”, no está bien visto. Nos han educado para ser serviciales, amables, estar para los demás olvidándonos de nuestro propio bienestar.

 

Esta forma de relacionarnos, de decir “si” de forma casi instintiva, tiene mucho que ver con nuestra capacidad para poner LÍMITES, alimentada por creencias como:

 

  • Hay que ser servicial.

  • Si digo que no, no me va a querer.

  • Lo hago porque quiero, siempre me ha gustado ayudar.

  • Yo no puedo decir que no.

  • A mi no me importa ocuparme.

  • La gente que pide es desconsiderada.

  • Si me dice que no es porque no le importo.

  •  

  •  

  •  

 

Si siempre dices SI porque tienes miedo a decir NO, quizás sea tiempo de actuar, de ocuparte de tu vida y dejar de sentirte culpable. ¿Cómo?. Ahí van algunos tips:

 

  • Reconoce que no puedes hacerlo todo. Es imposible decir "sí" cuando no te sientes bien con eso.

 

  • Repítete a ti mismo/a que no estás siendo egoísta. Piensa en todas las veces que le has dicho "sí" en el pasado.

  • Entiende que no puedes complacer a todo el mundo. No es posible complacer a cada persona todo el tiempo.

  • Piensa en todas las cosas a las que estás diciendo "sí" cuando dices "no."

 

  • Entiende por qué te cuesta decirle no a alguien. Si tienes miedo a que deje de preocuparse por ti, entonces estás en una relación problemática y quizás deberías salir de ella.

  • Entiende las diferentes tácticas que usan las personas para hacer que digas "sí" (intimidación, queja, culpa, halagos,...)

 

Como dice Joan Garriga, las relaciones son co-construidas por sus miembros. Tomemos pues responsabilidad sobre nuestras vidas. Busquemos ayuda si es necesario y dejémonos ayudar, porque ello nos permitirá:

 

  • Abrirnos a lo desconocido. “Doy mi brazo a torcer”.

  • Sintonizar con la vulnerabilidad y la gratitud. “Agradezco a mí, a ti, a la vida...”

  • Soltar nuestras reclamaciones.

  • Reconocer el sufrimiento real. “Suelta amarras”.

  • Confiar.

  • Dar y recibir.

 

Dar ayuda y recibirla ayuda a ambos, en igual medida. Muchos, al final de un largo camino, comprenden que la vida fue providencial, trayendo a cada momento, a los que supieron estar atentos, aquellos y aquellas personas que resultaron cruciales. Entienden por fin que la vida se construye de roces, experiencias y encuentros que nos hacen crecer” (Del libro, Vivir en el alma, de Joan Garriga).

 

Quizás de eso trate la “nueva normalidad”: de hacernos cargo de nuestra VIDA, de aprender a PEDIR sin culpa, de poner LÍMITES desde el respeto, de decir NO sin miedo.

 

¡SALUD!

Publicado en AUTORRELATOS
Jueves, 14 Mayo 2020 17:59

COMPROMISO vs OBLIGACIÓN

Escribir sobre COMPROMISO en estos tiempos, me lleva al texto de Pema Chödron (Cuando todo se derrumba) cuando habla del truco de no tener elección: “No experimentamos el mundo plenamente a menos que estemos dispuestos a darlo todo. Samaya significa no quedarse con nada, no prepararnos una ruta de escape, no buscar alternativas, no pensar que tenemos mucho tiempo y podemos hacer las cosas más adelante”. ¿Con qué estamos verdaderamente comprometidos, comprometidas; con ir a lo seguro manipulando lo que tenemos a nuestro alrededor para obtener seguridad y reconocimiento, o con algo más profundo? ¿En qué nos refugiamos; en la autocomplacencia o en dar el salto que nos permita ir más allá de nuestra zona de seguridad?

 

Como siempre, me gusta jugar con la procedencia de las palabras. El diccionario define COMPROMISO como: “Obligación contraída, palabra dada, fe empeñada”. Proviene del latín compromissum, y está íntimamente relacionada con la palabra PROMESA, que se define como “Expresión de la voluntad de dar a uno o hacer por él una cosa”.

 

El compromiso nos hace libres, nos libera de las garras de las expectativas de los otros. La fórmula perfecta es que el compromiso lo compone un gran porcentaje de motivación con un menor porcentaje de obligación. Y siempre, siempre, es una acción que se asume desde la LIBERTAD. Hace que nos cargamos de energía y fuerza.

 

Así pues, mientras que el compromiso está vinculado a ese sentimiento de libertad (“quiero”), la OBLIGACIÓN tiene más que ver con el VICTIMISMO (“tengo que”).

 

En la obligación estamos forzados a hacer algo que no hemos elegido, que nos lo imponen (mi familia, el gobierno, mi pareja, la comunidad,...) Aparecen entonces los “tengo que...”, “esto es lo que hay...”, “si no lo hago yo nadie lo hace...”, “atente a las consecuencias...”

 

El compromiso es pasión, deseo y motivación para hacer lo que creemos que es mejor, mientras que en la obligación nos centramos en el peligro de no cumplir con lo establecido. ¿Nos resuena?, ¿Qué nos está pasando con el llamado “distanciamiento social”?, ¿Dónde nos situamos en esta “nueva normalidad”?.

 

En palabras de S. Lehman podemos decir que “Compromiso es lo que transforma una promesa en realidad. Es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones. Es la acción que habla más alto que las palabras. Es hacerse el tiempo cuando no lo hay. Es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas. Compromiso es el material con que se forja el carácter para poder cambiar las cosas. Es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo”.

 

Cuando pensemos en esta distinción lingüística, compromiso vs obligación, recordemos:

 

  • Todo compromiso puede ser roto en función de las circunstancias y de forma coherente. No es un pacto de sangre! Eso también me tranquiliza.

     

  • Comprometerse significa intentar algo nuevo. Qué mejor motivación!

     

  • Cuando nos comprometemos nos alejamos del lenguaje victimista. En nuestras argumentaciones sustituimos los “pero” por “y”. “Quiero irme de viaje “y” de momento no me lo permiten”.

     

  • No se trata de manipular, evitar o huir de los “peligros”, sino de relacionarnos de una forma nueva que nos permita avanzar.

     

  • Recordar el poder del lenguaje. Cambiar los “tengo que”, por “quiero, estoy dispuesto/a”.

 

Como Coach, en los procesos de acompañamiento, mi intención es facilitar que las personas descubran las distintas opciones que tienen para relacionarse con la realidad. Con esta nueva REALIDAD. Descubrir el secreto de la FELICIDAD que, como decía Russell, consiste en que tus intereses sean lo más amplios posibles y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean amistosas y no hostiles.

 

SALUD!

Publicado en AUTORRELATOS

© 2018 Ángeles Fernández - todos los derechos reservados. |

  687462186 | Contacto